María Goti es una gran profesional joyera que ha sabido conjugar a la perfección su creatividad con sus conocimientos y habilidad a la astillera y con los avances tecnológicos que proporciona el modelado 3D. Su trayectoria ha sido reconocida en varias ocasiones en las que sus diseños han sido publicados en libros especializados, así como por sus clientes, nacionales e internacionales.
Para quien no te conozca: ¿quién eres y a qué te dedicas?
Me llamo María y tengo una tienda con taller en Gijón. Llevo trabajando en este sector desde el año 2006, cuando acabé mis estudios de joyería y gemología. Estoy especializada en el diseño de piezas personalizadas y a medida, sobre todo alianzas, anillos de compromiso, gemelos y pendientes de novia. Cuando la carga de trabajo me lo permite también diseño alguna pequeña colección.
Habiéndote formado como joyera, ¿qué te empujó a capacitarte en el modelado 3D y qué formación realizaste? ¿Qué le aporta el modelado al trabajo más tradicional de taller?
Tras varios años trabajando desde casa y vendiendo en ferias y en internet, en el año 2015 decidí abrir mi propia tienda, y fue en ese momento cuando vi la necesidad de incorporar el diseño 3D a mi trabajo.
Además de las colecciones en las que yo ya estaba trabajando, incluí un pequeño muestrario de alianzas que podía adaptar al gusto de cada pareja. Poco a poco la gente se fue interesando cada vez más por la personalización de su joyería nupcial, y eso implicaba el diseño de piezas más complicadas y elaboradas. Llegó un punto en el que me veía un poco limitada a la hora de poder ofrecer el mejor servicio posible a mis clientes.
Al no tener disponibilidad horaria para apuntarme a un curso de forma presencial, busqué información por internet y me puse en manos de Chesco Díaz, gracias a la facilidad de encajar el trabajo en mi tienda/taller con la flexibilidad de su curso online de RhinoGold.
De cara al cliente, poder trabajar con un programa de diseño 3D y poder enseñarles sus piezas casi como si ya estuviesen elaboradas, es una ventaja muy grande. Incluso el poder enseñarles un prototipo impreso en resina o fresado en cera es una ayuda enorme en muchas ocasiones.
Desde el punto de vista del trabajo de taller me permite diseñar y trabajar en piezas más precisas, hacer cambios rápidos sobre el diseño, agilizar los plazos e incluso tener mayor control del peso de las joyas y los materiales de cara a elaborar los presupuestos.
¿Cuál es tu opinión sobre el curso y sobre el software que usas en particular?
Ahora mismo me encuentro en una transición entre RhinoGold y MatrixGold, ya que este año decidí darle un pequeño empujón a mis diseños formándome en este nuevo software. Al igual que cuando incorporé RhinoGold, la experiencia con MatrixGold está siendo más que positiva por la cantidad de nuevas posibilidades que me ofrece, como el poder trabajar de forma más orgánica o facilitar procesos de diseño que antes se me complicaban un poco más. Aunque tener que dejar un poco de lado la forma en la que llevo diseñando desde hace 8 años suponga un esfuerzo extra, el cambio está mereciendo la pena. Con mi forma de trabajar, poder contar con un programa de diseño 3D es tan indispensable como cualquiera de las herramientas que utilizo cuando me siento en la astillera. En mi trabajo es fundamental poder combinar ambos mundos, el de la joyería tradicional y el diseño por ordenador. Y el poder formarte en ello a distancia y de forma online, es fantástico.
Trabajas con diversos materiales como perlas, piedras naturales y drusas. ¿Te resulta sencillo adaptar tus diseños en 3D a la forma o características de cada material?
El poder trabajar con una herramienta que permite ver el diseño casi como si fuese real ayuda mucho a la hora de trabajar con piedras. Me resulta mucho más visual que un boceto en papel y me facilita mucho el proceso. En cierta manera, también me da un pequeño chute de creatividad, porque sobre la marcha van surgiendo ideas que puedo ir materializando, modificando y comparando. A veces me siento a diseñar con una idea en la cabeza pero acabo con una idea totalmente diferente, ya que el propio proceso me va llevando por caminos que no tenía en mente.
Hay personas que consideran que el modelado 3D de joyas es aplicable únicamente a diseños de carácter más clásico. Habiendo visto algunas de tus piezas incluidas en libros especializados como «Anillos: 500 creaciones artísticas de todo el mundo» y «Pendientes: 500 creaciones artísticas de todo el mundo» de Nicolás Estrada o «Behind the Brooch» de Lorena Angulo, ¿confías en el 3D para plantear creaciones más arriesgadas? ¿Crees que el modelado 3D limita o potencia la creatividad?
Una de las primeras cosas que aprendí cuando empecé a diseñar en 3D fue que en el ordenador cabe todo. El 3D no tiene límites de ningún tipo, mucho menos creativos. Puedes dejar volar tu imaginación hasta el extremo, puedes arriesgarte hasta el infinito, pero si quieres que una pieza salga bien van a tener que entrar en juego tus conocimientos en joyería y en todo el proceso de impresión, fundición, repaso y terminado. Ahí es donde está el límite. Porque esa libertad absoluta que te proporciona el diseño por ordenador hay que saber controlarla. Tienes que tener muy en cuenta los materiales que vas a utilizar, así como la dificultad de terminación de ese diseño, los espesores de los materiales, tamaño de la pieza, medidas de los elementos que la compongan… Porque una cosa es el proceso de diseño y otra el proceso de realización de la pieza, y ambas partes tienen que ir de la mano desde el momento en el que te sientas a diseñar.
¿Qué le recomendarías a alguien que esté valorando aprender a modelar joyas en 3D? ¿Y a alguien que siente reparos por sentir que los programas informáticos no son su fuerte?
A mí me ha abierto muchas puertas y, mientras pueda, seguiré tratando de actualizarme, creo que es importante no acomodarse. De hecho, soy consciente de que cada vez que me enfrento a un nuevo encargo aprendo algo más. Ver el punto en el que empecé y ver en el que estoy ahora también tiene su parte de satisfacción personal; y eso es un gran empuje. Por mi experiencia yo lo recomiendo al 100%.
En un primer momento a mí me daba mucho respeto enfrentarme a un programa de este tipo porque yo no tenía experiencia previa en este terreno, pero la manera en la que puede mejorar tu trabajo merece la pena. Y aunque no te vayas a convertir en el mayor experto en diseño 3D, estar un poco al día y renovarte siempre es algo positivo. Por poquito que aprendas, va a ser un poquito más que lo que ya sabías, y eso suma, nunca resta.